dureza del agua

Hay que tenerlo en cuenta desde un primer momento: la dureza del agua puede suponer un problema de gran consideración en el funcionamiento de las calderas industriales. ¿Por qué? Vamos a tratar de explicártelo a lo largo de estas nuevas líneas de nuestro blog. Esperamos que os sean de utilidad. ¡Comenzamos!

Un aspecto del que deberíamos ser conscientes es que el mantenimiento de calderas de gasoil e industriales es básico para que funcione adecuadamente, pero también para alargar al máximo su vida útil y la de todos sus componentes. De esta forma, estaremos en disposición de adelantarnos a posibles problemas, roturas o averías.

¿Qué es la dureza del agua y por qué puede ser un inconveniente?

Lo primero de todo: ¿Por qué se origina este problema? La dureza del agua viene dada por la presencia de las sales de magnesio y calcio, sales que se van incorporando al agua a medida que esta va atravesando diferentes tipos de estratos. En este sentido, cualquier tipo de agua que nos encontremos va a contar con dureza propia, ya sea en mayor o en menor proporción.

¿Y qué ocurre posteriormente? El recorrido natural nos dice que estas sales de magnesio y calcio se van depositando en las tuberías de las distintas instalaciones. También puede ocurrir con la propia caldera, provocando una considerable disminución del rendimiento de todos los equipamientos y, a la larga, posibles averías.

Así, también debemos saber que un agua es considerada como «dura» cuando los depósitos que se van creando tienen un precipitado más o menos duro, pareciendo en ocasiones piedras.

Hoy en día, para determinar la dureza del agua, tenemos a nuestra disposición una serie de análisis químicos que nos permiten conocer con exactitud el valor en miligramos de sales de magnesio y de calcio que existen en un litro de agua. De esta manera, será posible cumplir con la normativa actual sobre calderas de vapor y agua sobrecalentada, que establece unos parámetros concretos en los que debemos movernos.

Así, todo el agua que se vaya a introducir en una caldera industrial debe ser tratada correctamente según se indica en la norma UNE-EN 12953-10 y 12952-12. Esta es la única manera de asegurar que todos los parámetros indicados por la normativa se van a cumplir. En caso contrario, y si fuese necesario, se tendrá que apostar por la instalación de un sistema de depuración.