servicio de mantenimiento de salas de calderas

En SAEMAC somos grandes especialistas en el servicio de mantenimiento de salas de calderas. Si necesitas ayuda o asistencia, estamos a tu entera disposición. Tienes que saber que, gracias a nuestra experiencia, podremos ofrecerte un asesoramiento detallado. Cada cliente es diferente y único, por lo que nuestra actuación también ha de serlo.

En anteriores posts en este mismo espacio, ya hemos tratado algunos de temas de interés para todo tipo de comunidades. Por ejemplo, no hace mucho, os contamos cómo debería ser una correcta elección de la caldera para inmuebles para comunidades de vecinos. Si estás interesado, te recomendamos encarecidamente esa lectura. ¡Esperamos que os sea de provecho!

Ahora bien, ¿qué debería incluir obligatoriamente un servicio de mantenimiento de salas de calderas en la actualidad? Vamos a tratar de explicarte algunos de los puntos imprescindibles. ¡Presta atención!

Puntos innegociables en un servicio de mantenimiento de salas de calderas

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que, según marca el RITE (Reglamento de Instalaciones Técnicas en los Edificios), es el titular de la instalación el encargado de asegurarse que el mantenimiento de las instalaciones sea llevado a cabo por profesionales habilitados para tal trabajo. ¿Qué quiere decir esto? Básicamente, que un mal mantenimiento será responsabilidad de la propia comunidad de vecinos.

Del mismo modo, según está marcado en el reglamento, a lo largo de la temporada de calefacción (los meses en los que se trabaja a pleno rendimiento), las revisiones deben ser mensuales. Al contrario, durante el verano, cuando el sistema centralizado se apaga, estas pruebas no deberán hacerse de manera obligatoria mes a mes. De hecho, puede ser un gasto innecesario, ya que para llevar a cabo el mantenimiento es preciso encender el sistema, lo que se traduce en un gasto energético nada útil.

Otro punto innegociable en un servicio de mantenimiento de salas de calderas es la inspección de eficiencia energética. Se trata de una obligatoriedad para todos los edificios no industriales, independientemente que sean de nueva obra o no. Su misión será la de medir el grado de eficiencia energética, así como detectar aquellos puntos en los que se pueda mejorar.

En último lugar, también es responsabilidad del titular conservar toda la documentación de cualquier actuación que se haya llevado a cabo en la instalación, consignándolas en el Libro del Edificio.