No es ningún secreto si decimos que un buen funcionamiento de las válvulas de seguridad es básico para evitar accidentes. Es por ello que vigilar su estado es una de las principales tareas en cualquier operación de mantenimiento de una caldera industrial. En el siguiente post, vamos a tratar de explicártelo de una manera concreta y detallada.
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Estas válvulas juegan un papel muy importante en la seguridad de cualquier instalación. Por eso, han de centrar gran parte de nuestra atención. Entre otras cosas, habrá que preocuparse de que se mantengan estables, evitando sobrecargas.
¿Cómo es el funcionamiento de las válvulas de seguridad?
El diseño de las válvulas de seguridad es bastante sencillo. Están preparadas para abrirse cuando la presión de la instalación alcanza niveles que se consideran críticos. Esto permite que esa presión se escape, ahorrando sobrecalentamientos, daños y roturas.
El primer punto que debemos tener claro es que se debe probar el buen funcionamiento de las válvulas de seguridad antes de poner en funcionamiento la instalación. Esto implica también a las válvulas de retención, las de paso o las de cierre, incluso cuando todas ellas sean automáticas.
Al probarlas al inicio a una presión de trabajo normal, estaremos en disposición de garantizar su correcto estado. Para ello, habrá que llevarlas hasta una posición en la que se encuentren totalmente abiertas, soltando la palanca elevadora para que la válvula regrese a la posición de cierre.
Un punto que es preciso aclarar es que si se llegará a producir algún tipo de fallo, no hay que tratar de arreglar la válvula golpeándola, sino más bien se tiene que proceder a detener la caldera y limpiarla o repararla, dependiendo de la situación en la que nos encontremos.
Del mismo modo, tampoco habrá que corregir fugas mediante el bloqueo de los resortes. En estos casos, es preferible limitar en la medida de lo posible, tratando de liberar la válvula a través de la palanca elevadora.