inspecciones de eficiencia energetica

En nuestra cartera de servicios, destacan las inspecciones de eficiencia energética. ¿Qué son? ¿Son obligatorias? Resolvemos todas estas dudas en las siguientes líneas. 

La calificación energética es un certificado de arquitectura imprescindible para una vivienda. Además de para alquilarla o venderla, para ahorrar en la factura. Y tú, ¿sabes interpretar la escala de certificación energética correctamente? 

Todo lo relativo a la certificación energética viene contenido en la Directiva 2002/91/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 16 de diciembre de 2002. En el Real Decreto 47/2007, de 19 de enero, se aprobó un Procedimiento básico para la certificación de eficiencia energética de edificios de nueva construcción. Hasta el 1 de junio de 2013 su aplicación fue voluntaria. A día de hoy es obligatorio presentar este documento a compradores o arrendatarios. De la totalidad o de parte de un edificio.

Inspecciones de eficiencia energética profesionales 

Un certificado de eficiencia energética profesional es competencia de profesionales colegiados que garanticen su validez. La escala va de la A a la G. La A es la máxima calificación y está reservada a las viviendas más eficientes. Por su parte, la G es la peor calificación. 

Para otorgar la calificación se revisa el consumo medio. Los valores que oscilan entre la D y la E están asociados al color amarillo y al anaranjado. Son de hecho los más comunes. En estos casos podemos hablar de vivienda sostenible. Por el contrario, el color rojo corresponde a las calificaciones F y G. En estos casos, la vivienda hace un gasto superior a la media y no se puede decir que sea eficiente. Lo que sí se puede hacer es implementar medidas (contenidas en el informe de certificación) para al menos alcanzar un nivel medio en materia de sostenibilidad. Medidas a implementar tras las inspecciones de eficiencia energética.

Por su parte, los valores A, B y C están reservados a las viviendas ampliamente eficientes. Viviendas en las que se podrá ahorrar de forma considerable en la factura. Como consecuencia, será más fácil vender o alquilar estos inmuebles. 

Si nuestra casa tiene una A, nuestro gasto será casi inapreciable en la factura. Se pagará básicamente por el mantenimiento y el establecimiento del servicio. Si tenemos una B gastaremos bastante menos que la media. En cambio, la F quiere decir que el gasto está algo por encima de la media y la E que está muy por encima. Con la G gastamos bastante más, más del doble que la media nacional.

Por eso, realizar mejoras para conseguir una buena calificación energética es clave, no solo para conseguir una vivienda sostenible y ecológica, sino también para ahorrar notablemente en la factura.