eficiencia energética

En otro artículo del blog comentábamos en qué casos se pide un certificado de eficiencia energética y qué tipo de información contiene. Lo que nos interesa en esta nueva entrada es saber qué se tiene en consideración a la hora de hacer esta evaluación. 

Para calcular la calificación que merece un edificio hay que tener en cuenta, antes que nada, la normativa vigente en este sentido. En concreto, nos referimos al Real Decreto 390/2021, de 1 de junio. Se trata del procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios. A grandes rasgos, lo que persigue el reglamento es promover la eficiencia energética en los edificios y tratar de que se use mayoritariamente energía procedente de fuentes renovables para reducir las emisiones de CO2.

A la hora de calcular la calificación energética hay que tener en cuenta la zona climática donde se ubica el edificio. Esto tendrá mucho que ver con la demanda energética de la construcción. El Código Técnico de la Edificación (CTE) ordena las zonas según la severidad climática del invierno y el verano.

Hay que valorar además la piel del edificio. Es decir, la fachada, la cubierta, las ventanas, las puertas o las protecciones solares. Es lo que se conoce como envolvente térmica del edificio. Está compuesta por todos los cerramientos que separan los espacios habitables del exterior. Todos los elementos que se encargan de separar el interior del exterior de un edificio (muros, techos, suelos o ventanas). La envolvente térmica es clave para lograr un consumo eficiente. Es la parte que se encuentra en contacto con el aire exterior. Tiene un coeficiente de transmitancia térmica (U) que varía en función del número de capas y de las propiedades térmicas que componen la envolvente. El coeficiente de transmisión térmica es el flujo de calor por unidad de superficie y por grado de diferencia de temperatura entre los dos ambientes. 

Eficiencia energética y envolvente térmica

Normalmente los edificios están formados por varios materiales diferentes con distintas conductividades térmicas (hormigón armado, cerámica, vidrio, madera). Los cambios entre materiales se denominan puentes térmicos. Si no se tratan correctamente, puede haber problemas de condensación superficial en invierno que tendrán mucho que ver con la eficiencia energética.

También se examinarán las instalaciones. Es decir, los sistemas de climatización como las calderas y las bombas de calor. En el sector terciario se tiene en cuenta además la iluminación. Hay que comprobar además si hay instalaciones con fuentes de energía renovables. Por ejemplo, que usen energía solar térmica, solar fotovoltaica, biomasa, aerotermia o geotermia.

Como no, si se acometen mejoras en un edificio relacionadas con su envolvente o sistemas térmicos habrá opción a subir al menos un nivel en la escala.